Mario “La Borrega” López se contradice y busca redención en MORENA tras su cuestionable legado

Por: Alberto Zuñiga.

H. Matamoros, Tam.- En un giro sorprendente y cargado de contradicciones, Mario Alberto “La Borrega” López Hernández, ex presidente municipal y actual diputado federal, ha declarado que su relación con el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) es “buena”, desmintiendo así las acusaciones de falta de respeto hacia los militantes del partido. Este repentino cambio de discurso deja mucho que desear, considerando su histórico desprecio hacia el mismo partido que le brindó la oportunidad de escalar en la política local.

López, quien en el pasado no dudó en ofender y criticar públicamente a los militantes y al presidente municipal de Matamoros, José Alberto “Beto” Granados, parece haber olvidado sus propias palabras. A pesar de haberlos atacado en campaña, ahora se presenta como un aliado del gobierno estatal y municipal, intentando borrar de un plumazo años de descalificaciones. Esta actitud no solo es hipócrita, sino que evidencia una alarmante falta de principios.

Durante su gestión como alcalde, “La Borrega” dejó a Matamoros sumida en una crisis de infraestructura, con una red de drenaje en deplorables condiciones y una deuda que ahoga a la ciudad. Ahora, pretende posicionarse como un defensor del bienestar de la comunidad, cuando en realidad su legado fue un claro retroceso para los matamorenses. ¿Es este el mismo político que se dice preocupado por el futuro de Matamoros, cuando fue él quien dejó la ciudad en un estado calamitoso?

Además, su intento de reconciliación con MORENA resulta aún más absurdo si se considera que en las últimas elecciones optó por votar por el Partido Acción Nacional (PAN) y se postuló como candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Con estas acciones, López no solo traiciona su pasado, sino también a aquellos que le dieron la oportunidad de crecer políticamente. Su falta de lealtad y compromiso con el partido que lo impulsó resulta inaceptable y debería ser motivo de reflexión para los militantes de MORENA.

En un contexto donde la política exige transparencia y autenticidad, las palabras de Mario López parecen ser solo un intento desesperado por recuperar un terreno perdido. La comunidad de Matamoros merece líderes que actúen con integridad y que realmente se preocupen por su bienestar, no figuras que cambian de bando según su conveniencia. Es momento de que los ciudadanos dejen de ser espectadores de este teatro político y exijan cuentas a aquellos que han jugado con sus esperanzas y necesidades. La historia de “La Borrega” es un recordatorio de que, en política, las palabras pueden ser tan vacías como las promesas incumplidas.