El Papa Francisco sigue recuperándose mientras comparte su experiencia de fragilidad

ROMA.— Un Papa Francisco en modo zen (bueno, lo más zen que puede estar alguien con neumonía bilateral) recibió el domingo la visita del secretario de Estado del Vaticano. Aunque se saltó su clásica bendición semanal para evitar un cameo público desde el hospital, dejó claro que no está para selfies ni aplausos. En su lugar, el Vaticano repartió un mensaje en el que el Papa agradeció a sus médicos y a todos los que le enviaron buenos deseos y oraciones. Además, como buen multitasker, aprovechó para rezar por la paz en Ucrania y otros lugares del mundo.

“Desde aquí la guerra parece aún más absurda”, dijo Francisco en su mensaje, redactado desde el hospital Gemelli. Sí, el mismo hospital donde se ha convertido en el paciente más famoso desde que George Clooney se puso una bata blanca en ER. El Papa también mencionó que su hospitalización le ha permitido sentir una profunda solidaridad con los enfermos y sufrientes del mundo. Vamos, que está viviendo su propio Eat, Pray, Love, pero con más oxígeno y menos pasta.

“Siento en mi corazón la bendición que se esconde dentro de la fragilidad”, añadió Francisco. Es decir, está aprendiendo a confiar en el Señor mientras se recupera de una neumonía que lo tiene en el hospital desde el 14 de febrero. Por si alguien lo olvidó, esta no es su primera montaña rusa médica. Recordemos que le extirparon parte de un pulmón cuando era joven, así que este hombre sabe lo que es luchar por respirar. Literalmente.

Por tercer fin de semana consecutivo, Francisco canceló la oración del Angelus. Aunque podría haberla hecho desde su suite en el décimo piso del Gemelli, decidió priorizar el descanso. Y no es para menos, después de que el viernes por la tarde tuviera una crisis respiratoria que incluyó inhalar vómito durante un ataque de tos. Sí, leíste bien. Incluso los Papas tienen días en los que todo sale mal.

Pero no todo es caos. Según el Vaticano, la noche del domingo fue tranquila, y Francisco se levantó, leyó los periódicos, tomó café y desayunó como un campeón. Además, recibió la visita del cardenal Pietro Parolin y su jefe de personal, lo que sugiere que su condición se está estabilizando. Aunque los médicos mantienen un pronóstico reservado, Francisco está comiendo, bebiendo y hasta pasó 20 minutos en su capilla privada el sábado. Vamos, que está haciendo todo lo posible para que su recuperación sea trending topic.

Mientras tanto, las oraciones siguen llegando desde todos los rincones del mundo. Durante este Año Santo del Vaticano, muchos peregrinos han añadido el hospital Gemelli a sus itinerarios para orar por Francisco. Incluso un grupo de jóvenes de Milán, que originalmente planeaban asistir al Angelus en la Plaza de San Pedro, decidieron desviarse al hospital para mostrar su apoyo. Y no faltó quien, como el paciente de cáncer Antonino Cacace, llegó al Gemelli para su propio tratamiento y aprovechó para pedir las oraciones del Papa. “Estoy en el noveno piso y él está en el décimo. Espero encontrarme con él”, dijo. Vamos, que el hospital se ha convertido en el nuevo punto de encuentro espiritual.

En resumen, Francisco sigue en la lucha, compartiendo su experiencia de fragilidad y demostrando que hasta los líderes espirituales tienen días complicados. Pero con fe, café y un buen equipo médico, este Papa está decidido a volver más fuerte que nunca. Y si no, al menos ya tiene material para un libro inspirador.