Operativo de Conagua cierra sitios de carga ilegal en Texcoco ¿Qué más se oculta?

¿Qué hay detrás del reciente operativo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en los municipios de Texcoco y Chicoloapan? ¿Simple cumplimiento de la ley o algo más profundo que no quieren que veamos? En un movimiento coordinado con la Guardia Nacional, se cerraron 10 sitios de presunta carga ilegal de pipas, pero ¿quiénes son los verdaderos beneficiarios de estas acciones? ¿Y por qué solo uno de los 11 sitios inspeccionados mostró un título de concesión en regla?

Según el comunicado oficial, en cuatro lugares se clausuraron pozos, en otro se inutilizó una perforadora y en cinco más se sellaron las puertas con actas circunstanciadas. Pero, ¿qué pasa con los intereses ocultos detrás de estas operaciones? ¿Estamos ante una lucha legítima por proteger los recursos hídricos o hay una agenda más oscura en juego? La Conagua insta a la población a denunciar actividades ilegales a través del Portal de Denuncias de Aguas Nacionales (Podan), pero ¿quién garantiza que estas denuncias no serán utilizadas para otros fines?

La dependencia federal afirma que su objetivo es proteger los recursos hídricos y combatir la extracción no autorizada, pero ¿qué tan efectivas son estas medidas en un sistema donde las conexiones políticas y económicas suelen prevalecer? ¿Acaso no es sospechoso que, en plena crisis hídrica, estos operativos se realicen justo ahora? ¿Qué intereses podrían estar protegiendo bajo la apariencia de “proteger el agua”?

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La Conagua reafirma su compromiso con el manejo sostenible del agua, pero ¿qué tan sostenible es un sistema que permite que estos sitios ilegales operen durante tanto tiempo antes de actuar? ¿Estamos siendo testigos de un verdadero esfuerzo por proteger el agua o simplemente de una cortina de humo para distraernos de problemas más graves? La pregunta queda en el aire: ¿qué más se oculta detrás de este operativo?