Desde bullying, peleas y hasta droga están reinando en los pasillos de la Escuela Secundaria No. 5 de la ciudad de Matamoros, Tamaulipas.
Durante una entrevista con una madre de familia se expresa, no sólo el descontento, sino también la preocupación e indignación ante la falta de responsabilidad y orden que tienen los docentes y la directora del plantel.
‘’Esta escuela es un desastre a más no poder’’, comentó la madre de familia a través de la estación W1420 tras asegurar que las peleas pueden suceder ante los ojos de los maestros y ellos se toman la libertad de si intervenir o no, que la escuela no cuenta con cámaras y que ante los problemas ni los docentes ni la directora dan la cara.
Relata cómo fue que hijo está siendo víctima de agresiones por parte de alumnos de los tres grados en el plantel ante la presencia de los docentes:
»Fue a la hora del receso. Tengo dos niños, el cual al otro lo agarraron para que no defendiera a su hermano y entre varios golpearon a mi hijo solamente porque a otro niño no le parece el color de piel de mi hijo y porque en su banco se pone a hacer un ruidito con una regla.
Anteriormente llegó mi sobrino a golpearlo y un maestro lo agarró de la espalda y lo azotó hasta el piso diciendo que »eso no podía estar pasando».
Los padres de familia, cansados de vivir cada día lo mismo, están a la espera de la encargada Gaby Moreno para que responda ante las situaciones que se están generando en el plantel y ponga en marcha las medidas necesarias para terminar con esta situación antes de que peores cosas sucedan.
Agrega la madre de familia que están seguros que entre los alumnos hay alguien que les provee narcóticos, pues los mismos profesores y estudiantes testifican que se han encontrado sustancias ilícitas entre sus pertenencias.
El único comentario que dan los profesores ante los padres de familia que cuestionan las actitudes violentas y desmedidas que se generan bajo sus propias narices es ‘’Esos temas no les competen’’. Ante tal frialdad en las palabras y falta de apoyo es difícil no sentirse desalentado.
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