En Carretera a Reynosa, a la entrada del Ejido La Esperanza, podremos encontrar a Don Samuel, un hombre de 68 años de edad quien ha dedicado 20 años de su vida a sobrevivir cada día al cáncer de piel que poco a poco consume su vida.
Debido a la falta de recursos no se ha logrado atender como corresponde en un centro hospitalario, por lo que la enfermedad ha avanzado peligrosamente devorando su nariz, su vista, paladar y dientes, por lo mismo no puede alimentarse correctamente, pues requiere seguir ciertos alimentos para que no perjudiquen su salud.
Sin esposa, familia ni hijos que le puedan ayudar, la única que día con día le tiende una mano es una vecina que comenta cómo el señor se poner en un local de antojitos mexicanos ubicado a un costado de un Seven Eleven en la entrada a La Esperanza. Es ella quien comparte las necesidades del señor Samuel, pues dada su condición él no se puede comunicar con facilidad y es difícil que una persona le pueda entender.
Su amiga comunicó que se conocieron hace 11 años, momento en el que su nariz empezaba a ser carcomida, sin embargo cuando se reencontró con él se enteró de las cosas por las que había pasado en búsqueda de una cura por su enfermedad: Había recibido atención para realizarse unos pruebas con radiografías para poco tiempo después perder la vista. En otra ocasión alguien le había dicho que debía rociar un líquido en spray para recuperar la visión, sin embargo ella se percató que el producto contenía alcohol por lo que le suspendió su uso de inmediato.
»Él se ha puesto spray de alcohol en los ojos. Él solo quiere sanar, quiere vivir. Entonces él busca la manera, ya sea de alimentarse, de vivir»
Su vecina y amiga, menciona que ha notado que él debe llevar una vida muy condicionada ya que no puede comer alimentos sólidos, tampoco puede aceptar cualquier comida que le den, aunque haya personas de buen corazón que le dé »un taquito» para el día, tiene que tener cuidado con lo ingiere. Aunado a ésto, también debe cuidar su limpieza pues las heridas están expuestas, continúan sangrando, las cuales trata de proteger con cubrebocas, pero éstos deben ser cambiadas constantemente y tampoco tiene para conseguirlos con regularidad.
Lo que más quiere, con todo su corazón Don Samuel es recuperar la visión. Volver a ver el mundo que le rodea.
A estas alturas no se sabe en qué fase pueda estar el cáncer, y piden que alguien les pueda ayudar con algunos análisis para poder conocer su estado actual o darles material de curación y alimentos blandos para poder vivir un día más, porque Don Samuel no se quiere rendir y es de esas personas que luchan por ver el Sol salir.
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