Un incendio forestal de gran magnitud ha llevado a la evacuación de más de 30,000 personas en Los Ángeles, especialmente en el barrio residencial de Pacific Palisades, situado entre Malibú y Santa Mónica. El fuego ha consumido más de 1,200 hectáreas, impulsado por los intensos vientos de Santa Ana, que han alcanzado velocidades de hasta 160 km/h, facilitando su rápida propagación.
La situación ha llevado al gobernador de California, Gavin Newsom, a declarar el estado de emergencia en la región. Además, se ha informado que más de 62,000 personas en el condado de Los Ángeles han quedado sin suministro eléctrico debido a los daños en la infraestructura causados por el incendio.
Las autoridades locales, incluyendo al Departamento de Bomberos de Los Ángeles, han desplegado a más de 250 bomberos, apoyados por 46 unidades y cinco helicópteros, en un esfuerzo por controlar las llamas. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas y la sequedad de la vegetación han dificultado las labores de contención.
La comunidad ha respondido con solidaridad, y se han habilitado centros de evacuación, como el Centro Recreativo de Westwood, para albergar a los desplazados. Las autoridades instan a la población a seguir las órdenes de evacuación y mantenerse informados a través de los canales oficiales.
El presidente Joe Biden ha ofrecido asistencia federal para enfrentar la emergencia, y la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) ha aprobado subvenciones para apoyar a las áreas afectadas y cubrir los costos de extinción.
Se recomienda a los residentes de las zonas afectadas mantenerse alerta, preparar planes de evacuación y estar atentos a las actualizaciones de las autoridades locales.