¿Está en peligro el derecho a la ciudadanía por nacer en EEUU con Trump en la Casa Blanca?

Una de las primeras promesas de la tercera campaña del actual presidente electo Donald Trump fue la de terminar con el derecho a la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos, a fin de evitar que los hijos de inmigrantes sin derecho a permanecer en el país pudieran adquirir la ciudadanía estadounidense por el solo hecho de haber nacido en su territorio.

 

Trump sin embargo enfrenta un obstáculo considerable en la Enmienda 14 de la Constitución, la cual establece: “Todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de Estados Unidos”.

Trump promete acabar por decreto con una doctrina legal

Según explica el sitio web Constitution Annotated del Congreso de Estados Unidos sobre análisis e interpretación constitucional, basada en esa oración la Corte Suprema “sostuvo que un niño nacido en los Estados Unidos de padres chinos que no eran elegibles para ser naturalizados era, no obstante, un ciudadano de los Estados Unidos con derecho a todos los derechos y privilegios de la ciudadanía”.

Sin embargo, y a pesar de lo que dicen la Constitución y la Corte Suprema, en mayo del año pasado, siete meses antes de que se celebrara la primera elección primaria del ciclo electoral que acaba de finalizar, Trump prometió acabar con la doctrina, la cual fue instituida en la Constitución en 1868 a fin “de conceder la ciudadanía a personas que anteriormente habían sido esclavizadas”, según se explica en el sitio web de los Archivos Nacionales.

 

En un video publicado en las redes sociales para anunciar su plan de acabar con el derecho de la ciudadanía por nacimiento, Trump explica que “Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo que dice que incluso si ninguno de los padres es ciudadano o incluso se encuentra legalmente en el país, sus futuros hijos son ciudadanos automáticos en el momento en que los padres ingresan ilegalmente en nuestro suelo”.

 

En el video Trump dice además que la interpretación que ha sostenido la Corte Suprema en varias decisiones tomadas desde 1898 es una “ interpretación errónea deliberada de la ley por parte de los defensores de las fronteras abiertas”.

Trump promete también emitir un decreto en su primer día en la Casa Blanca “aclarando a las agencias federales que bajo la interpretación correcta de la ley en el futuro, los hijos de inmigrantes ilegales no recibirán la ciudadanía automáticamente”.

 

Qué ha sostenido la Corte Suprema en relación al derecho a la ciudadanía por nacimiento

Aunque un decreto presidencial en sí mismo no tiene el poder de derogar 126 años de jurisprudencia, la orden prometida por Trump podría tener el efecto de iniciar una batalla judicial que muy probablemente terminará en una Corte Suprema marcadamente conservadora que ha favorecido las posiciones de Trump en contra de precedentes considerados como cosa juzgada.

 

El fallo Roe v Wade, que fue derogado en 2022 terminando con la protección federal al aborto en Estados Unidos, tenía 50 años de emitida. El fallo EEUU v. Wong Kim Ark, la decisión histórica que afirmó por primera vez que la Enmienda 14 confiere ciudadanía por nacimiento a los hijos de personas que no son ciudadanas independientemente de su estatus migratorio, tiene 126 años de antigüedad y ha sido ratificada varias veces desde que fue emitida en 1898.

 

EEUU v. Wong Kim Ark, dice además que el derecho de ciudadanía por nacimiento es “antiguo y fundamental” con amplia jurisprudencia que lo respalda incluso antes de la ratificación de la Enmienda 14.

De hecho, el derecho de ciudadanía por nacimiento encuentra sus raíces en un caso del derecho consuetudinario inglés de 1608 que estableció que “el estatus de una persona se confería al nacer y se basaba en el lugar de nacimiento: una persona nacida dentro del dominio del rey debía lealtad al soberano y, a su vez, tenía derecho a la protección del rey”.

Si el decreto prometido por Trump es derrotado en las cortes, su único recurso será el de intentar una reforma constitucional, un largo y complicado proceso que solo para proponer una enmienda requiere de una mayoría de dos tercios tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes o de una convención constitucional nacional si dos tercios de las legislaturas estatales lo solicitan.

 

Trump prometió poner fin al derecho a la ciudadanía por nacimiento en su primera campaña presidencial en 2016, pero nunca emitió la orden ejecutiva en su primer mandato.

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