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Internacional

La política energética de Trump y su impacto en el cambio climático

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Introducción

El presidente Donald Trump inició su mandato con una serie de medidas destinadas a desmantelar las políticas de cambio climático y energía renovable implementadas por su predecesor. En su primer día en el cargo, declaró una emergencia energética nacional, con el objetivo de acelerar el desarrollo de combustibles fósiles. Esta política, resumida en la frase “perforar, perforar”, ha generado un intenso debate entre partidarios y detractores.

Contexto y antecedentes

La declaración de emergencia energética busca facilitar la construcción de proyectos relacionados con el petróleo y el gas, debilitando las revisiones ambientales. Según la administración Trump, esto permitirá reducir los precios de la energía y fortalecer la posición de Estados Unidos en los mercados internacionales. Sin embargo, los críticos, especialmente los demócratas, argumentan que esta medida es innecesaria, ya que Estados Unidos ya es el mayor productor mundial de petróleo y gas natural.

La postura de los demócratas

Los demócratas han calificado esta política como una “farsa”. Señalan que la Ley de Reducción de la Inflación, promulgada durante la administración Biden, impulsó significativamente la energía renovable en un momento crítico. Esta legislación no solo creó empleos, sino que también abordó la amenaza del cambio climático. Cabe destacar que 2024 fue el año más caluroso registrado en la Tierra, dentro de la década más cálida de la historia.

Acciones concretas de la administración Trump

La administración Trump ha implementado varias medidas para favorecer a la industria de los combustibles fósiles. A continuación, se detallan algunas de las más relevantes:

Levantamiento de la pausa en exportaciones de GNL

La administración Biden había establecido una pausa en las evaluaciones de nuevos terminales de exportación de gas natural licuado (GNL), una medida que fue bien recibida por los ambientalistas. Sin embargo, Trump revirtió esta decisión, permitiendo la consideración de nuevos proyectos. Según datos recientes, se espera que la demanda global de GNL aumente en un 60% para 2040, lo que refuerza la importancia estratégica de esta industria.

Derogación de la tarifa de metano

El Congreso también ha apoyado estas políticas, con la Cámara de Representantes lista para votar sobre una medida que derogaría una tarifa de metano implementada durante la administración Biden. Esta tarifa afectaba directamente a los productores de petróleo y gas, y su eliminación representa un nuevo impulso para la industria de los combustibles fósiles.

Conclusión

Las políticas energéticas de la administración Trump han generado un impacto significativo en la industria de los combustibles fósiles y en la lucha contra el cambio climático. Mientras que sus partidarios destacan los beneficios económicos y estratégicos, los críticos advierten sobre los riesgos ambientales y la necesidad de priorizar las energías renovables. En un contexto de creciente preocupación por el calentamiento global, este debate continúa siendo un tema central en la agenda política y ambiental de Estados Unidos.

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