Han pasado casi ocho meses desde que el coronavirus llegó a México y que las familias tuvieron que cambiar su estilo de vida para evitar contagiarse, pero no se detienen las muestras de fe de agrupaciones religiosas y gente que de forma independiente alza sus plegarias para poner fin a la pandemia.
Esta tarde se pudo observar cómo, a pesar del frío y de que han pasado más de 100 días de incertidumbre, residentes de esta ciudad fronteriza mantienen firme su esperanza de que todo vuelva a ser como antes.
Miembros de iglesias de distintas religiones siguen acudiendo a llevar cantos y oraciones a la unidad móvil que se localiza a espaldas del Hospital General Alfredo Pumarejo, donde están internados los pacientes en estado crítico, debido al Covid-19.
Ahí mismo han estado acudiendo quienes ofrecen pan dulce y café caliente a los familiares de los pacientes internados, mientras están a la espera de recibir noticias sobre la evolución de su salud.
Por: Editorial Millennial.