Los excesivos métodos de disciplina que se implementan en algunas escuelas secundarias de Matamoros ya están arrojando las primeras críticas de inconformidades de parte de los padres de familia, por lo que el Centro Regional de Desarrollo Educativo (Crede) les recomienda estudiar bien los reglamentos antes de firmarlos.
María Elena Flores Montalvo, titular del CREDE en esta Ciudad, señaló que es común que los padres de familia firmen los reglamentos sin antes leerlos con atención, lo que provoca enojos y conflictos severos con los maestros por haber aplicado un castigo “innecesario” o “exagerado” ante una supuesta falta sin importancia; problema que se puede convertir en un tema personal.
La funcionaria público estatal reconoció que los reglamentos escolares se adecuan conforme a las necesidades de cada plantel y dejó en claro que es la misma sociedad de padres de familia en coordinación con los directivos de cada institución quienes acuerdan los castigos o recompensas que se aplicarán a los alumnos de secundaria, ya que el objetivo es enviar a la preparatoria a jóvenes disciplinados y responsables.
Sí es válido que las escuelas implemente sus propios métodos de disciplina ya que tienen que buscar la manera de mantener el orden. Los directivos no tienen la facultad de crear por sí mismos el reglamento escolar por lo cual este es consensado y autorizado por los mismos padres antes de entregarlo a los alumnos quienes también tienen que firmarlo de enterado”, dijo.
Aseguró que los problemas comienzan cuando los alumnos son sancionados por realizar acciones dentro del plantel, las cuales son consideran comunes para los muchachos pero que son catalogadas como faltas graves a la institución, por ejemplo, utilizar el teléfono celular durante la hora del recesos.
Flores Montalvo Exhortó a los padres de familia a que soliciten una copia del reglamento para estudiarlo en casa y que expongan en sus dudas en las juntas escolares, además indicó que el reglamento escolar es un documento que ampara a la institución, por lo que jamás debe firmarse a ciegas.
Por: Norma Rodriguez