Conéctate con nosotros

Nacional

El Arzobispo de Monterrey y su guía para sobrevivir a la Cuaresma sin perder la cordura

Avatar

Publicado

en

Ah, la Cuaresma. Esa época del año en la que todos nos comprometemos a ser mejores personas, aunque sea temporalmente, mientras nos resistimos a la tentación de comernos ese chocolate que nos mira fijamente desde la alacena. Y quién mejor para guiarnos en este viaje de introspección que el mismísimo Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, quien ayer decidió recordarnos que, sí, deberíamos hacer un examen de conciencia. Porque, claro, ¿qué mejor manera de empezar la semana que cuestionando con qué estamos llenando nuestros corazones? ¿Netflix? ¿Tacos al pastor? ¿O tal vez esa colección de memes que guardamos como si fueran tesoros nacionales?

Este miércoles, la Iglesia Católica nos regala su tradicional imposición de ceniza, un ritual que, según parece, nos invita al arrepentimiento y la conversión. O sea, básicamente, un recordatorio anual de que todos somos polvo y al polvo volveremos, pero con estilo litúrgico. Y, por si fuera poco, marca el inicio de la Cuaresma, esos 40 días en los que, teóricamente, deberíamos reflexionar sobre la muerte y resurrección de Jesús. Aunque, seamos honestos, la mayoría de nosotros solo pensamos en qué vamos a renunciar este año: ¿el café? ¿Las redes sociales? ¿O tal vez la cordura?

El Arzobispo, en su infinita sabiduría, nos asegura que la Cuaresma nos dará las “herramientas necesarias” para cumplir con este propósito. ¿Herramientas? ¿Acaso hay un kit de Cuaresma que no nos han entregado? Porque, sinceramente, un manual de instrucciones no estaría mal. Además, nos insta a vivir una “auténtica transformación interior” para no caer en la superficialidad. Vaya, porque nada dice “profundidad espiritual” como discutir en Twitter sobre si la piña pertenece o no a la pizza.

Pero no todo es introspección y ceniza. Ayer también se celebró el Día de la Familia, esa institución que, según el Papa Francisco, está “despreciada y maltratada”. Y sí, porque ¿quién no ha tenido una cena familiar que terminó en un debate acalorado sobre política o fútbol? El Arzobispo nos recuerda que no existe la familia perfecta, pero que no debemos temer a la imperfección, la fragilidad o los conflictos. En otras palabras: no se preocupen si su tío empieza a hablar de teorías conspirativas en la reunión familiar. Es solo parte del encanto.

Para cerrar con broche de oro, el Arzobispo nos invita a unirnos en oración por la salud del Papa Francisco. Porque, claro, después de todo este sermón sobre la Cuaresma y la familia, alguien tenía que recordarnos que también hay que rezar. Así que, ya saben: reflexionen, renuncien a algo (preferiblemente no a su sentido del humor) y, sobre todo, no olviden que la familia es una “escuela del perdón”. Aunque, a veces, lo que más nos enseñan es paciencia. Y tal vez un poco de sarcasmo.

Continuar Leyendo
Haz clic para comentar

Debes iniciar sesión para publicar un comentario Iniciar Sesión

Dejar una Respuesta

Anuncio

Lo mas visto del día