A medida que septiembre se despide, el cielo nocturno se engalana con la última superluna del año: la Luna de la Cosecha. Este evento astronómico se produce durante los albores del otoño, cuando nuestro satélite natural se aproxima más a la Tierra.
Según datos de la NASA, la superluna será hasta un 14% más grande y un 30% más luminosa. Aunque no será la más grande del año, comparada con la Luna Llena Azul de agosto, será sin duda un regalo visual.
Los entusiastas del cosmos tienen una cita ineludible el viernes 29 de septiembre, a partir de las 19:00 horas. En ese momento, la Luna de Cosecha se mostrará en tonalidades de amarillo intenso, naranja y rojo, especialmente al emerger en el horizonte durante el atardecer.
Sin embargo, para una óptima observación es esencial considerar factores climáticos que podrían obstruir la vista.
El nombre “Luna de Cosecha” evoca tiempos ancestrales. Es en este periodo cuando comienza la recolección de maíz. Brenda Arias, del Instituto de Astronomía de la UNAM, nos recuerda que, a pesar de no ser términos científicos, estos nombres, como Luna Rosa o Luna Azul, se derivan de tradiciones de pueblos originarios de América, quienes designaban a las lunas basándose en eventos naturales, como cambios estacionales o cosechas.
Con el paso del tiempo, estas tradiciones han dado pie a denominaciones como la Luna de trigo o Luna de vino, relacionadas con las temporadas de cosecha.
Es importante destacar que, aunque la Luna no cambie realmente de color, puede parecer más grande a nuestros ojos debido a su cercanía con nuestro planeta, generando un fascinante efecto óptico que nadie querrá perderse.
Fuente: Vox Populi Noticias