Escuelas deberán pagar su propia desinfección para regreso a clases

Las escuelas están solas para la desinfección previa al regreso a clases presenciales en Altamira, ya que la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios no tiene la capacidad para llevar a cabo estas acciones en todos los planteles educativos. 

 

El encargado de despacho de la Coepris en esta ciudad, José Luis Hernández Luna, señaló que serán los directivos y padres de familia quienes tienen que pagar a una empresa privada para hacer la desinfección correspondiente, mientras que la comisión a su cargo, supervisará que todo se lleva a cabo conforme a lo establecido por la Secretaría de Salud. 

 

«Nosotros la labor es evaluar los protocolos que ha dictado la secretaría de salud y de educación para garantizar un regreso sano a clases. Nosotros no tenemos ahorita injerencia en cuanto a limpieza o sanitización, en este caso tiene que ser la misma escuela, nosotros no sanitizamos las escuelas, sería difícil porque son muchas. Deben proveer a alguna empresa». 

 

Empresas deben estar autorizadas Pero para esto también necesitan el aval de la dependencia estatal, quienes van a checar también que las empresas contratadas cuenten con los permisos correspondientes. 

 

Por el momento solo han participado en la desinfección de algunos espacios públicos, al igual que en los juzgados, la presidencia de Altamira, sistema DIF municipal, tránsito y vialidad, la policía, entre otros, que son los que le competen a la Coepris de la jurisdicción número 12. 

 

De cualquier forma, el titular de esta comisión manifestó que actualmente hay semáforo rojo, así que por lo pronto en Altamira no se va a regresar a clases presenciales hasta que no baje a verde o amarillo. «Sigue creciendo la pandemia en todo el estado, de los cuales hay más de 300 casos activos en el municipio de Altamira. 

 

Por ello siguen aplicando las restricciones publicadas en el último decreto en comercios y todos los sitios que puedan representar un riesgo por contagio», agregó. 

 

Fuente: Milenio

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