Este 1 de octubre, México fue escenario de cómo la primera presidenta toma el poder en la República Mexicana. Entre vítores y euforia, Claudia Sheinbaum fue embestida con la banda presidencial y de mano de una de las primeras mujeres en tomar un cargo de poder importante de México, Ifigenia Martínez, presidenta de la Cámara de Diputados, y del anterior presidente de Andrés Manuel López Obrador, se paró ante el Congreso de la Unión tomando protesta.
Durante su discurso de 50 minutos, la actual mandataria de México, aprovechó para compartir el logro no solo con su partido, los simpatizantes y AMLO, sino que hizo hincapié en que este logro también es para las mujeres, las madres, abuelas, tías y toda aquella mujer que se ha esforzado día a día a superar cualquier obstáculo de su vida cotidiana, porque en el discurso planteado para el México machista, se les instruía a las féminas que no podían llegar más lejos de una cocina o de una madre, pero que ahora convoca a toda la ciudadanía y a todas las mujeres a seguir haciendo historia.
‘’Es un honor, estar con Claudia Hoy’’, se escuchaba entre todos los presentes de la sala del congreso en apoyo a la nueva presidenta de México.
Añadió además los proyectos, planes y trabajos que estará realizando por el bien de los mexicanos y mexicanas, asegurando que continuarán con el humanismo mexicano, el cual ha sido una forma de trabajo nacida del conocimiento en historia del país y que tanto ha funcionado para obtener los avances de bienestar social y económicos que se alcanzaron en la anterior administración.
Aclaró que se respetarán las libertades, tanto de prensa como de expresión, porque ‘’la libertad es la esencia de la democracia’’, y que este gobierno garantiza proteger todas las libertades, los derechos humanos y la integridad de los ciudadanos, por lo que promete que jamás se usará el poder del gobierno para reprimir al pueblo mexicano y que cualquiera que menciona ‘’cualquiera que diga que habrá autoritarismo está mintiendo’’.
También se mantendrán los principios de política exterior, la autonomía del Banco de México, no se aumentará la gasolina ni de la energía eléctrica, y que habrá un aumento del salario mínimo con el objetivo de cubrir dos canastas básicas.
Aprovecha para tranquilizar entorno a la reforma del Poder Judicial y asegura que ‘’Si el objetivo hubiera sido controlar la Suprema Corte de Justicia, hubiéramos hecho una reforma al estilo Zedillo’’, por lo que más bien se pretende darle más autonomía al poder judicial y que se termine la corrupción pues el pueblo será quien decidirá.
Adelantó que habrá tres nuevos programas de bienestar que apoyarán a las madres solteras, a los estudiantes de los tres primeros niveles académicos y a las personas mayores, además de contratar a 20 mil médicos para mejorar el sector salud.
Se aumentarán el número de Preparatorias y Universidad públicas con un estimado de 200 mil espacios y se construirán alrededor de un millón de viviendas para jóvenes con la oportunidad de que puedan comprarlas, además de la facilidad de adquirir créditos a bajo costo.
Claudia Sheinbaum no solo brindó un discurso para los mexicanos, sino que también alentó a las mujeres de todas las edades a avanzar, a ganar, a lograr sus metas. Porque son madres que dan la vida por sus hijos y después vuelven para darles todo, son mujeres que luchan día a día hasta romperse a llorar en soledad para salir y enfrentarse a la vida. Son estudiantes y maestras que buscan tener una mejor vida.
Finalizó su discurso, fuerte y claro:
‘’Soy mujer, soy madre, soy abuela, soy científica y a partir de ahora soy Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos’’
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