Propuesta para suspender regulaciones de hospedaje durante el Mundial 2026

Ah, el fútbol. Ese deporte que une naciones, desata pasiones y, aparentemente, justifica suspender leyes. ¿Quién lo hubiera pensado? Jesús Sesma, el coordinador del Partido Verde (sí, el mismo que se pinta de ecológico pero parece más interesado en el verde de los billetes), ha presentado una iniciativa para suspender temporalmente la regulación del hospedaje por aplicación. ¿El motivo? El Mundial de fútbol 2026. Porque, claro, nada dice “amor al planeta” como abrir las puertas a más turistas y menos regulaciones.

La propuesta, que parece sacada de un manual de “cómo improvisar ante una crisis”, busca suspender las normas durante dos meses: del 1 de junio al 31 de julio de 2026. ¿Por qué dos meses? Porque, según Sesma, es el tiempo suficiente para que los aficionados vean los partidos, se emborrachen en las calles y dejen sus huellas (y basura) en la Ciudad de México. ¿Y quién necesita leyes cuando hay goles de por medio?

La iniciativa modifica el segundo transitorio de la Ley de Turismo, una ley que, por cierto, fue reformada al inicio de la legislatura. ¿Recuerdan a Martí Batres, el exjefe de Gobierno? Él propuso el dictamen, que fue avalado por la Comisión de Turismo, presidida por Luisa Ledesma. Sí, la misma que logró reducir el tiempo de hospedaje permitido a solo el 50% de las noches del año. Pero, oh sorpresa, ahora parece que las reglas son más flexibles cuando hay dinero y turistas involucrados.

El Gobierno de la Ciudad, en un acto de “diálogo constructivo” (léase: desesperación), ha admitido sostener mesas de diálogo con las empresas de hospedaje. ¿El objetivo? Buscar medidas para ampliar el hospedaje durante el Mundial. Porque, claro, ¿qué sería de un evento deportivo sin la posibilidad de que los turistas duerman en cualquier rincón disponible?

Sesma, en un alarde de creatividad jurídica, argumenta que su propuesta no elimina la restricción, sino que la “pausa temporalmente”. ¿Un impasse? Sí, como cuando te saltas la dieta un fin de semana y dices: “Mañana empiezo de nuevo”. Pero, en este caso, el “mañana” son dos meses de caos regulatorio. ¿Y quién sabe? Tal vez después del Mundial todos se olviden de que las leyes existen.

Así que, mientras los aficionados corean “¡Gol!”, las regulaciones turísticas corearán “¡Adiós!”. Porque, al final, ¿qué es una ley comparada con la emoción de un partido de fútbol? Absolutamente nada. O eso parece.