Sheinbaum denuncia el nepotismo y corrupción en el Poder Judicial

Sheinbaum y su batalla contra el “club familiar” del Poder Judicial

Ah, la presidenta Claudia Sheinbaum, siempre lista para sacar los trapos sucios al sol. Esta vez, su objetivo fue el Poder Judicial, al que acusó de estar infestado de nepotismo y corrupción. Porque, claro, ¿qué mejor manera de administrar justicia que llenar las cortes con primos, cuñados y sobrinos? Total, la meritocracia está sobrevalorada, ¿no?

El “árbol genealógico” de la justicia

En su visita a Cuauhtémoc, Colima, Sheinbaum no se anduvo con rodeos. Afirmó que la mitad del Poder Judicial está compuesto por “puros familiares”. Hermanos, primos, cuñados, sobrinos… vamos, un verdadero reality show judicial. “Todos valemos lo mismo”, dijo, refiriéndose al voto popular que elige al Poder Ejecutivo y al Legislativo. Pero, oh sorpresa, el Poder Judicial parece ser un club exclusivo donde los senadores deciden quién entra y quién no. ¿Democracia? Nah, aquí preferimos el “amiguismo”.

Rosa Icela Rodríguez: la voz que nadie escuchó

Sheinbaum también recordó las denuncias de Rosa Icela Rodríguez, actual secretaria de Gobernación y ex secretaria de Seguridad. Según ella, los jueces se dedicaban a liberar delincuentes como si fuera un concurso de “quién suelta más rápido”. ¿Y qué pasó con esas denuncias? Pues, como todo en este país, se perdieron en el limbo de la burocracia. Pero tranquilos, ahora que Rosa Icela está en Gobernación, seguro que todo cambiará… ¿o no?

“El Poder Judicial se elegía por unos cuantos, los senadores decidían quién iba a estar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y entre ellos decidían quiénes iban a ser jueces, quienes iban a ser magistrados, es decir, se decidía entre ellos mismos.”

En resumen, el Poder Judicial parece más un negocio familiar que una institución pública. Y mientras tanto, los ciudadanos seguimos esperando que alguien, algún día, limpie este desastre. Pero, ¿quién tiene tiempo para eso cuando hay primos que contratar y delincuentes que liberar?