Buscan solucionar la cantidad de suelo contaminado en el estado
Tamaulipas es el segundo estado del país con mayor superficie de suelo contaminado por materiales y residuos peligrosos que representan un riesgo para la salud pública, la preservación de la flora y la fauna y el desarrollo de diversas actividades económicas.
En todo el país hay una extensión contaminada de 10,778,151.6 m2, pero tres estados concentran la mayor afectación: Chihuahua con el 30.6% de esa área, equivalente a 3,297,679.9 m2; le sigue Tamaulipas con el 28.9%, que abarca 3,118,416.8 m2 y después está Veracruz con el 18% y 1,943,156.7 m2; el resto de las entidades integraron a su vez 22.5% de este impacto ambiental al corte de 2023.
Así lo expone el Inventario Nacional de Sitios Contaminados (INSC) de Semarnat, que también registra el número de suelos dañados y cita como antecedente que mientras en 2019 se contaron 913 áreas con esta carga de efectos nocivos, para 2023 se tuvieron 1,114; contribuyendo la falta de políticas sustentables y de capacidad técnica y económica de los estados para remediar su entorno.
Estados con más contaminación del suelo en México
Por número, las entidades que registraron una mayor cantidad de sitios contaminados fueron Veracruz con 329; Tamaulipas con 142 y Tabasco 70; mientras 573 se dividen en el resto del territorio nacional. Entre las causas se citan hidrocarburos, desechos industriales, aguas residuales, depósitos irregulares de residuos, entre otros factores que obstaculizan el derecho a un medio ambiente sano.
México cuenta con normas que regulan la gestión de sitios contaminados con hidrocarburos, metales pesados y bifenilos policlorados (compuestos químicos orgánicos), señaló la Auditoría Superior de la Federación (ASF), pero también hizo ver la necesidad de fortalecer las normas existentes, contar con una legislación más efectiva y evitar la exposición de la población a contaminantes cuyas características son de preocupación mundial.
El organismo fiscalizador revisó el trabajo de Semarnat en la conducción y evaluación de la política de remediación de sitios contaminados, para determinar qué tan efectiva resultó la atención al problema en 2023 y si se cumplieron los objetivos. Como antecedente, refirió en sus conclusiones que por muchos años la Secretaría tuvo información desactualizada y no fiable para la toma de decisiones y ha tomado tiempo revertirlo.
La remediación es el conjunto de medidas para eliminar o reducir los contaminantes hasta un nivel seguro para la salud y el ambiente o prevenir su dispersión. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, reconoció que antes la información sobre este impacto se entregaba de una forma no sistematizada, lo que se tuvo que corregir.
En ese contexto, la dependencia hizo saber a la ASF que se reunió con los responsables de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) del sector hidrocarburos para actualizar el inventario, aprobar los programas de remediación e informar sus resultados.
La Auditoría Superior observó un avance en el cumplimiento de objetivos prioritarios, pues se actualizó el inventario, se promovieron acciones de remediación y se fortaleció el marco normativo. “Sin embargo, se desconoce en qué medida se avanzó en la atención de sitios contaminados, ya que la información de 2023 aún está en proceso de integración”, expuso en su informe de resultados disponible en su página web.
En los años previos, a partir de 2021, el porcentaje de áreas remediadas dentro del programa nacional fue de solo un 3.9%, por lo que la ASF insistió en la importancia de esta acción para permitir el desarrollo de actividades económicas agrícolas, ganaderas, forestales, recreativas y de construcción de obras civiles.
“Las acciones de remediación representan un reto debido al incremento del 62.3% que ha presentado la superficie de suelo con contaminantes, lo que puede limitar el logro de objetivos nacionales”, apuntó la ASF, reiterando que es imprescindible limpiar todos los puntos afectados en el país.
Gracias a su intervención, la Semarnat tomó medidas con miras a fortalecer el mecanismo de recopilación, procesamiento y presentación del avance de sus objetivos y para dar seguimiento a los responsables de la contaminación, obtener una resolución favorable y finalizar las tareas de remediación.
Fuente: Milenio