El pasado 31 de octubre, Melanie Barragán sufrió un brutal ataque físico en Ciudad Madero, Tamaulipas, durante una fiesta de Halloween. Este incidente, provocado por su expareja Christian “R”, marcó un giro devastador en su vida. A 41 días de los hechos, y tras la detención del agresor el 6 de diciembre en Escobedo, Nuevo León, han emergido perturbadores detalles sobre la relación abusiva que sostenía con él.
En la primera audiencia realizada sobre el caso, se expusieron prácticas de control extremo y abuso emocional hacia Melanie, según informó su abogado Antonio Juárez Navarro. Entre las revelaciones más alarmantes destaca que Christian “R” extraía sangre de la joven bajo el argumento de realizar prácticas profesionales, ya que estudiaba enfermería. Sin embargo, utilizaba estas muestras para comprobar si Melanie había contraído alguna enfermedad de transmisión sexual, impulsado por los celos y una constante desconfianza.
Además, se reveló que el agresor obligó a Melanie a quitarse un dispositivo intrauterino (DIU), utilizado como método anticonceptivo, y la presionó para tatuarse su inicial en el brazo derecho, como una forma de marcaje físico.
El abogado también confirmó que el agresor implementó un aislamiento social y familiar, lo que generó sospechas entre los seres cercanos a Melanie de que podría haber sido secuestrada. “Fue parte del desfile argumentativo de los datos de prueba que se presentaron ante su señoría”, expresó Juárez Navarro en un video informativo.
Aunque algunos detalles de la audiencia han sido filtrados por terceros, el abogado subrayó que existen elementos sensibles del caso que no han sido divulgados por respeto a la privacidad de la víctima.
El caso de Melanie Barragán sigue conmocionando a la comunidad y plantea una urgente reflexión sobre las señales de alerta en relaciones abusivas, así como la necesidad de justicia y protección para las víctimas de violencia de género.