Evaristo salió de San Cristóbal en Chiapas para emprender su camino hacia el sur de Latinoamérica, pasando por países como El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, conociendo a otros aventureros como él que lo acompañaron por varios kilómetros y probando todo tipo de comidas típicas de cada región.
Entre sus experiencias destaca el día en que conoció a don Enrique, quien tiene una tiendita llamada “La variante” a la orilla de una carretera y lo invitó a pasar la noche, donde disfrutó de pláticas con locales que le mostraron su finca cafetalera.
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Otra de ellas es su llegada a “La Cuna de Pablo Escobar”, la zona más violenta de Colombia en los 80s, que hoy en día es una zona turística donde sus habitantes han cambiado las armas por el grafiti y baile.
Antes de llegar a su destino, Evaristo declaró que quería cruzar la entrada de la ciudad con su bicicleta, la bandera de México y con el escudo de su querido pueblo, Ocampo. Y así fue, «a dos meses de salir de San Cristóbal y conocer la bella Colombia, finalmente con todo y lluvia llegamos a Bogotá! ¡Hermoso final de esta mágica aventura, sueño cumplido!».
Fuente: Milenio.