Jesús Martínez intentó salvar a Anselmo Torres, quien no quiso salir de su automóvil, siendo arrastrados por una fuerte corriente de lluvia al poniente de la ciudad. La negativa del conductor del Kia negro lo llevó a la muerte.
“Yo lo iba a sacar, pero él no quiso, dijo que no podía dejar el carro; aun así lo intenté, metí mi cuerpo para desenganchar el cinturón de seguridad. Yo le decía, salte, deja el carro carnal, sálvate tú”, contó Jesús.
Jesús y su esposa María grababan la lluvia el sábado por la noche, ya que justo por la calle donde tienen su domicilio, desemboca con una fuerte corriente el agua que baja de cuadras arriba.
Ellos residen sobre la calle Jesús Guajardo y comentaron que cuando llueve, el agua que se acumula en calles más arriba, se desfoga justo por esa vialidad, provocando que el nivel alcance hasta el medio metro de altura, para desembocar en un canal del arroyo El Coyote.
“Mi marido me grita y me dice, ya viene aquí, o sea, el carro ya estaba afuera de mi casa. El agua lo arrastró, el carro se atoró, se enganchó la llanta y aquí quedó su cajuela, pegada a mi pared, yo le pegaba y le decía bájate del carro, salte, porque yo conozco a donde desemboca y allá te tapa un carro cuando se llena.
«El muchacho comenzó a volantear y fue que la corriente lo arrastró, mi marido trató de detenerlo, pero él no quiso dejar su carro”, relató Mary Méndez.
Jesús buscó salvar a Anselmo, sin importar que su vida también estuviera en riesgo, pues la corriente era tan fuerte, que pudo arrastrarlo también.
La familia de María y Jesús vive en la colonia Américo Villarreal desde hace 30 años y mencionaron que no es la primera vez que la corriente arrastra un vehículo, pues ya en otras ocasiones han apoyado a personas que no conocen la colonia y circulan por el sector durante una tormenta.
Incluso, destacaron que la noche del sábado también impidieron junto con otros vecinos, que otro vehículo fuera arrastrado; eran una mujer y dos menores de edad, a quienes salvaron de la fuerte corriente.
“No es la primera persona que mi marido ayuda, la vez pasada fue un señor ya grande, que no quería dejar su bici, hasta que mi marido lo convenció y lo sacó del agua. Mi marido siempre intenta ayudar a las personas, porque nosotros vivimos aquí y ya sabemos lo peligroso que es”, resaltó María.
A Anselmo lo rescataron los vecinos, quienes lograron sacarlo de la corriente del arroyo, pero su cuerpo ya no respondía, ya había muerto.
Fuente: El Mañana de Nuevo Laredo