Para evitar tragedias en Año Nuevo, piden no salir a la medianoche

Nuevo Laredo, Tamaulipas.-Es la medianoche del 31 de diciembre, las familias se encuentran reunidas en la espera de la llegada del año nuevo, llevan en la mano sus 12 uvas, el tradicional ritual para la buena suerte, la armonía se rompe con cientos de detonaciones a los alrededores, una bala logra entrar por la ventana y de la celebración viene el susto.

Las tragedias pueden evitarse, para ello es recomendable que por lo menos 15 minutos antes y 15 minutos después de la medianoche de hoy, se mantengan con sus seres queridos, especialmente menores de edad, resguardados bajo techo y lejos de ventanas y puertas, pues en muchas ocasiones las balas ingresan al hogar y hieren a quienes se encuentran cerca.

Raúl Ruiz García, General Brigadier Diplomado del Estado Mayor Comandante de la Guarnición Militar, dijo que durante los festejos decembrino está prohibido el uso de armas, quien sea sorprendido será sancionado según lo que dicte la ley federal.

“De ninguna forma está permitido que personas armadas salgan a vía pública o hagan disparos al aire, las autoridades del fuero común estarán atentos de aplicar la ley”, advirtió.

Si bien el uso de armas de fuego no está permitido, es una práctica que sigue ocurriendo y debe tomarse en cuenta el principio básico de que todo lo que sube, tiene que bajar, por ende, las balas que se direccionan hacia arriba en algun punto bajan…y con una potencia similar.

Diversos estudios que datan de 1962 a la fecha señalan que una bala en caída libre alcanza velocidades de entre 220 y 330 km/h (dependiendo de diversos factores como el calibre, ángulo de caída y la interferencia del viento). Sin embargo, estas velocidades son más que suficientes para penetrar el cráneo de una persona o cualquier otra parte del cuerpo humano, con graves consecuencias.

De acuerdo a la BBC, un disparo de calibre .30 puede alcanzar los 327 km/h a medida que desciende. Entre los países de América Latina, México figura entre los primeros sitios de muertes por balas perdidas, junto a Brasil y Colombia.

Según un informe publicado por el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (UNLIREC) el año pasado, se documentaron un total de 550 casos de violencia por balas perdidas de 2009 a la fecha resultando en por lo menos 617 víctimas, reportados en los medios de comunicación en 27 países de la región. Lo más grave es que el 45% de esas víctimas son menores de edad.

 

AGENCIAS